Cuando me preguntaste por cómo llegue a convertirme en el capitán del barco te sorprendiste con la respuesta: «siempre lo he sido, aunque el barco no fuera mío y no tuviera a nadie a mis órdenes». En el fondo de lo que tú y yo queríamos hablar es sobre liderazgo. ?¿Qué es ser un líder?

¿Quieres saber qué es liderazgo? Aquí lo tienes:

 

 

¿Lo has podido ver sólo una vez? Yo lo he visto miles… No importa las veces, siempre aprenderás algo nuevo. En él encontramos los rasgos principales de un líder:

 

– Un líder mueve a su gente.

– El liderazgo tiene que ver con la acción, con ser coherente y dar ejemplo. No existe un liderazgo teórico, a los líderes se les encuentra en la acción, en su comportamiento ante las dificultades. «Cuando las cosas se ponen duras, los duros se ponen en marcha».

– Un líder tiene que dejar que le ayuden. Saber trabajar en equipo y confiar en los suyos.
– Ser líder tiene que ver con solucionar los problemas. Un buen líder ofrece resultados, sabe ver el camino correcto.
– Un lider debe saber compartir las victorias y responsabilizarse de las derrotas.
– Un líder te hace sentir especial porque saca lo mejor de cada uno. Hace que todo el equipo mejore. Es exigente.
– Un líder tiene que alentar y ser optimista. Ver una solución y no sólo un problema. Tiene que motivar a su equipo.
Estos rasgos son los trazos que delinean y resaltan la esencia del liderazgo, pero lo importante está dentro del dibujo, al igual que el marco sólo acompaña a la obra de arte pero no la define.
Bajo mi punto de vista la característica esencial de un líder se puede resumir en lo siguiente:

 

Cree en lo que piensa, cree en lo que hace, cree en lo que dice, y cree en que lo puede conseguir todo.

 

1. Un líder tiene que CREER, y hacerlo con pasión.

La fe mueve montañas y gana voluntades también. Debes estar plenamente convencido, y por ello el primer ejercicio que debes hacer es contigo mismo. ¿Qué es lo que tengo que hacer y por qué? ¿En qué creo? Ten tus propias ideas sobre las cosas que suceden a tu alrededor y no te dejes llevar por los argumentarios estudiados que se promueven en los medios de comunicación o en la gente de tu entorno, en tu trabajo… donde siempre se repiten las mismas frases. ¡Puedes estar equivocado, pero defiende lo que piensas!
«I have a dream».
Lo que más convence a una persona es ver a la otra convencida, y lo que más mueve a un grupo es ver a su líder convencido. El cristianismo se extendió tan rápidamente en sus inicios porque hubo mártires que morían por sus ideas. Ninguna estrategia de marketing puede superar eso. La seguridad en las creencias es contagiosa, por eso a los seguidores de una religión se les llama «creyentes» o «fieles».
Reflexiona, analiza, valora el entorno, la situación, las características, valora distintas opiniones… No temas someter tus ideas a un juicio crítico previo. Sé auténtico contigo mismo y no te mientas nunca. Si no valen, no valen. No intentes aferrarte a ellas porque son diferentes, porque no tienes otras mejores o porque ya no puedes hacer otra cosa. Luego gastarás muchos esfuerzos en crear razonamientos para poder explicarlas. Cree en tus ideas con determinación y sin fisuras. ¿Cuánto tiempo del día dedicas a pensar?

 

2. Cree en lo que haces y por qué lo haces

Querido navegante, en mi camino hacia Ítaca he conocido a mucha gente con grandes historias. Un día, un hombre me contó algo que resume perfectamente lo que estamos hablando. En pleno verano, bajo el sol del mediodía tres hombres picaban piedras exhaustos y agotados, con la frente brillante por el calor del esfuerzo. Se acercó un niño que jugaba por ahí y se quedo largo tiempo mirando cómo subían y bajaban el pico rompiendo la piedra y cómo dos de ellos se quejaban continuamente del esfuerzo. Al cabo de un rato su curiosidad le llevó a preguntar al primero:

 

-¿Cuál es tu trabajo?
– ¡No lo ves!, respondió, mi trabajo es picar piedra.
Como la respuesta no calmó su curiosidad preguntó al segundo:
-¿Cuál es tu trabajo?
– Hoy tengo que construir un escalón. 
El chico empezó a entender un poco más, pero se acercó al último de los tres hombres, el de la sonrisa en el rostro y una vez más repitió la pregunta:
-¿Cuál es tu trabajo?
El último hombre, dejó por un segundo el pico, se sentó en una de las piedras y acercándole le dijo:
– Estoy construyendo una Catedral, que será la más grande de la zona, miles de personas vendrán hasta aquí sólo para verla. Esto hará que nuestras tabernas se llenen y se compren nuestras vasijas. Todo el mundo conocerá nuestro pueblo. Mucha gente podrá venir a rezar y a compartir su religión, y cuando pasen los años, estas piedras seguirán aquí aunque todo lo demás haya cambiado.

 

¡Qué diferencia! ¿verdad?

 

3. Comparte en lo que crees

El liderazgo tiene que ver con compartir una misión y una visión. Tener una creencia como hemos dicho y saber compartirla. Inspirar al que escuche: «Yes, We Can». 
Un líder tiene que saber comunicar. No hace falta ser un gran orador, hace falta hablar de forma directa, clara, sincera y anticiparnos a las posibles preguntas o inquietudes que puedan surgir entre quienes nos escuchan. Pon ejemplos, haz preguntas retóricas, sé cercano. Crea una historia y cuéntala. Habla para que te entiendan y no para que te admiren.
Debes hacer que tu misión y tu visión la comparta tu gente con el mismo compromiso con el que lo haces tú. Para ello no hay que explicar no sólo el «qué» sino también «el porqué» y el «cómo» de las cosas. Preferiblemente en este orden. Cuando el equipo tiene toda la información es más autónomo a la hora de decidir, porque no sólo recibe órdenes, sino que sabe cuál es el objetivo porque comparte el mismo destino.
Un líder tiene que compartir porque de nada sirve ser luz si no es para iluminar.
¿Por qué tienes que compartir tus ideas? Porque cuando compartes tu misión y tu visión es más fácil que te rodees de gente que cree en lo mismo que tu crees. Ese es el éxito de un equipo. No sirve de nada mover a la gente si no lo haces en una misma dirección. Cuando todos comparten un mismo objetivo es más fácil llegar a conseguirlo.
Para ser un buen líder tienes que rodearte de los mejores. No de la gente que te lo va a poner más fácil, sino de la gente que puede aportar cosas. Ser el líder no quiere decir que no puedas aceptar otras ideas ni que no debas seguir aprendiendo. Un líder sigue mejorando siempre, por eso no tiene miedo de la gente buena, porque sabe que un buen equipo le va a hacer mejor. El líder sabe reconocer el talento, valorarlo y retenerlo.
Un buen líder consigue que cada persona del equipo se sienta importante porque cada uno de ellos reconoce su papel en un destino común, sabe sacar lo mejor de cada uno porque conoce hasta donde pueden llegar.

 

4. Cree en que puedes conseguirlo todo

Y por último, cree en ti y en todo lo que puedes lograr. Estoy plenamente convencida que si te lo propones puedes conseguir todo. Me imagino cómo mirarían a los hermanos Wright cuando dijeron que querían volar… Un líder tiene confianza en sí mismo y no se rinde nunca y esto sucede por un único motivo: lo que le mueve y determina su ánimo es la pasión.

 

Pero no hay otra forma de tener éxito que trabajando. Por eso un líder tiene que estar orientado a la acción, a la resolución de problemas y a la motivación de un equipo. Sin trabajo y sin esfuerzo un líder no consigue nada. «El único sitio donde vas a encontrar el éxito antes que el trabajo es en el diccionario» (Vidal Sasoon).

 

Por último, navegante, me gustaría hacerte una propuesta para que todo esto de lo que hemos estado hablando lo puedas poner en práctica. Se tiende a creer que el liderazgo sólo se tiene que ejercer en puestos de dirección, sin embargo, creo que es fundamental para el empleado sentir que es su propio jefe. No trabajas para una empresa o una persona. Trabajas para ti, para cumplir con tus exigencias, por hacer las cosas bien porque es la forma en la que tú haces las cosas. Cuando trabajas te estás representando a ti mismo, a tus valores.
Un auténtico líder es el que mueve a su gente. No tiene nada que ver con un puesto, sino con una actitud, con generar una respuesta. Se puede liderar siendo empleado, y se puede carecer de autoridad pese a tener un puesto de dirección. No es lo mismo liderar que ordenar.

 

¿Cómo llevar a la práctica el liderazgo?

Si te pido que pienses en un gran líder... ¿quién te ha venido a la cabeza? Seguramente estará entre estos nombres: Ángela Merkel, Mourinho, Margaret Tatcher, Ghandi, Nelson Mandela, El Che Guevara, Martin Luther King…
¿He acertado?
Ahora te hago otra pregunta:
¿Quién te ha influido o marcado en tu vida? Aquí la cosa cambia, seguramente te estés acordando de un profesor del colegio, de tu tío o de una persona que en un momento pudo cambiar tu existencia, aunque ya no forme parte de ella.
Bajo mi punto de vista éste es el liderazgo del que más podemos aprender, porque sus ejemplos son más cercanos.  ¿Qué es lo que caracteriza a esas personas? ¿por qué las consideramos líderes? Te animo a reflexionar no sobre los grandes líderes de la historia, sino sobre los ejemplos más cercanos que tenemos, quizá incluso estén ahora a tu lado mientras lees estas líneas.
También te animo a realizar algunos ejercicios prácticos si quieres desarrollar tu liderazgo:
– Di lo que piensas aunque nadie piense igual e intenta explicar tus motivos. A lo largo del día se nos presentan muchas ocasiones para dar nuestra opinión.
– ¿Cuánto hace que no propones algo?
– No plantees que hay un problema hasta que no puedas aportar una posible solución. ¿Hay algo en tu entorno que no te guste? ¿cómo se podría mejorar?
¿Y tú? ¿qué piensas sobre el liderazgo? ¿Crees que es una habilidad que todo el mundo puede desarrollar?
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