ReBranding. Estas son las cuatro preguntas básicas que deberías hacerte antes de cambiar tu identidad, tu logo, tu imagen…
Primero vamos a comenzar con explicar un poco qué es el ReBranding.
El ReBranding no es sólo cambiar el logotipo. Muchas veces se confunde «Branding» con el diseño del logotipo y sus aplicaciones, pero no es así. Esa es una parte muy importante del Branding pero el proceso es mucho más complejo. El Branding, se podría definir como la construcción de la marca desde todos los ámbitos de la empresa. Desde el logotipo y sus aplicaciones, pasando por el/los producto/s y/o servicio/s, hasta llegar a los empleados y, por supuesto el cliente final.
¿Entonces qué entendemos por ReBranding? Intentando simplificar en tres palabras: Reconstruir la Marca. Imagina que tienes una identidad creada y que te ha funcionado siempre hasta la llegada de las nuevas tecnologías, las redes sociales, la competencia, etc. De repente te das cuenta un día de que esa identidad te la realizaron hace ya 20 años, 30, 35… o poniéndonos en lo peor, hace sólo 3, 4, 5 años… y jamás has dado ninguna «vuelta de tuerca» porque has pensado que «como me funciona, ¿para qué cambiar?». Sin embargo ves cómo los demás van cambiando y siguen creciendo y tú te estás quedando ahí, sin más.
Bien, en este caso necesitas una consulta con the Brand Doctor.
Pero vamos a seguir sintetizando y así poner unas claves que pueden ser interesantes:
01 – ¿Por qué?
¿Quién te ha dicho que tienes que cambiar tu identidad, logotipo, imagen…? Quizás es cosa tuya porque lo ves antiguo o que simplemente ha dejado de funcionar o, peor aún, no funciona…
Se abren varias opciones.
Si es cosa tuya porque sientes que es algo antiguo:
Posiblemente tengas razón. Eso de «renovarse o morir» puede llegar a ser una terrible verdad. Pero no siempre. Hay ocasiones en las que las cosas están bien hechas desde el principio y no necesitan ser cambiadas.
- Evalúa antes por qué piensas eso.
- Evalúa también quién te ha hecho pensar así.
- Evalúa los costes de tu posible capricho o tu rotundo acierto.
Si decides que sí, que vas a dar el paso, piensa realmente si es necesario porque un mal cambio puede ser terrible. Si algo funciona, busca una evolución, no un cambio radical. Siempre va a ser más complicada una evolución porque debe respetar la esencia, transmitir los mismos valores y ser memorable pudiendo traer el recuerdo de tu anterior identidad. Si es un cambio radical, sopesa todo lo que puede suceder.
Si ha dejado de funcionar o simplemente no funcionaba:
¿Quién te lo ha dicho? Otra vez esta pregunta, pero es que es muy importante que te la hagas. Si ha dejado de funcionar, tendrás que ver el o los porqués de este cambio. Examina si es realmente tu imagen o existe algo más profundo o incluso superficial. Pero si realmente no funcionaba, debes pensar en realizar un cambio cuanto antes pero teniendo en cuenta los tres puntos anteriores ya que son de vital importancia sobre todo en una PYME.
02- ¿Para qué?
Pues bien, esta es una pregunta que se puede contestar resolviendo las dudas de la primera. Pero adentrémonos en ello y así vamos a ir viendo si realmente existe la necesidad de un cambio o un ReBranding.
«Menos es más» ¿Cuántas veces habrás escuchado esta frase en el diseño, la publicidad, la comunicación…? Es una verdad como un templo. Quizás el porqué de tu necesidad se debe a algo tan básico, pero todo ello habría que analizarlo realmente de forma completa.
Es muy probable que no necesites cambiar tu identidad, por eso cuestiónate los porqués antes de seguir. Pero si das con aquello que te hace saltar de la silla y sueltas un improperio como queriendo decir «ya decía yo… ya me lo temía» deberías plantearte que:
- Si necesitas cambiar tu identidad, debe ser siempre para que tu cliente te vea mejor, te encuentre mejor, le gustes más, te recuerde…
- Si no lo haces pensando en tu cliente, no hagas nada.
- Si lo haces porque a ti te gusta más, analiza si al resto también, si a tu cliente le va a ayudar y va servir para que tú mejores.
03- ¿Cómo?
Lo mejor es consultar a profesionales, eso por supuesto. Ellos analizarán cada paso y te aconsejarán en todo momento sobre si es necesaria una evolución o un cambio radical de tu imagen, identidad, etc. Sin embargo, unas pautas interesantes serían las siguientes:
- No te dejes llevar por las modas, mira las tendencias pero no hagas lo que todos hacen aunque pienses que va a funcionar.
- La creación de tu evolución de marca debe estar en las mejores manos.
- No te centres sólo en que tienes que vender más, piensa también en cómo tu identidad puede ayudar a ello y ponte en marcha.
04- ¿Cuándo?
Esto es más delicado pero si has leído hasta aquí, habrás visto que la respuesta la tienes tú. En ocasiones es complicado saber cuándo, pero no dudes de que tu marca seguramente ha ido dándote señales y quizás no las has visto a tiempo, o sí.
Cuando notes debilidad en tu imagen. Cuando tu identidad ha dejado de ser parte del valor añadido de tu imagen. Cuando tu producto no se identifica con tu identidad. Cuando por más que lo intentas no logras transmitir aquello que necesitas hacer llegar. Cuando observes que aplicar tu identidad a las nuevas formas de comunicación es más difícil de lo normal. Cuando aprecies que a tu público objetivo le está moviendo otra imagen, te lo están pidiendo y no les escuchas. Quizás has cambiado el enfoque de tu empresa y necesitas un cambio total…
En definitiva, el «cuándo» se respondería con un «cuanto antes, en cuanto aprecies los síntomas de debilidad de tu marca».
No todo el monte es orégano. Hay casos en los que intentando hacer un cambio al final todo ha ido mal. Ejemplos hay muchos y eso debería hacernos más cautos. Por ello es muy importante tener claro lo que vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer, para qué y, sobre todo, para quién. Hay errores que se pagan caros y por ello hay que contar siempre con profesionales que puedan y sepan analizar todos los parámetros necesarios para este trabajo.
Rafael Lara
2 replies.
Manuel Gómez
diciembre 18, 2012
Antes de nada agradecer este tipo de artículos que a las pequeñas empresas nos vienen tan bien.
En nuestro caso (una pequeña empresa pero no sé si debería poner el nombre) nos hemos topado con algún que otro diseñador amigo de un amigo o hijo de otro que se ha prestado amablemente a hacernos las cosas. El mayor error del mundo fue pensar que así podríamos estar seguros y para nada. No solo fue mal en todos los casos sino que hemos pagado varios cambios sin llegar nunca a buen puerto.
Ahora estamos en esta crisis que no nos permite ni siquiera una consulta y esperamos poder salir de ella ahora con más vista. Todos los puntos de vista que ponéis son interesantes los mires por donde los mires.
Esperaremos entonces a estar mejor económicamente para hacer los deberes.
Gracias de nuevo. Recibid un saludo,
Manuel Gómez
admin
diciembre 18, 2012
Estimado Manuel,
Gracias a comentarios como el tuyo nos animamos a seguir compartiendo estos conocimientos básicos que son de tanta ayuda como bien apuntas.
Es muy común lo que comentas. ¿En cuántas ocasiones habremos escuchado aquello de «no, tranquilo que el logo me lo hace mi hijo»? y cosas así… Al final, y aunque suene duro, esas cosas (en general, hay casos excepcionales de éxito) se pagan y desgraciadamente, caro.
En cuanto a lo que apuntas de la crisis, no pienses que una consultoría va a ser tan cara. Piensa que es una pequeña inversión y que puede aclararte muchísimas dudas. Es ahora cuando hay que actuar Manuel. Esperar es muy probable que no traiga nada bueno y seguramente estás perdiendo grandes oportunidades.
Te invitamos a que contactes con nosotros. Te sorprenderá lo asequible que puede ser una consulta y, sobre todo, si lo comparas con lo que realmente puedes conseguir.
Haz clic aquí y déjanos tus datos de contacto. En breve haremos que esta crisis pueda ser una oportunidad 😉
Gracias Manuel,
the Brand Doctor